El Trabajo vs Mi Trabajo
Yo hace tiempo os conté que mi sueño era trabajar en la tele. 11 meses después de conseguirlo, me fui. Y es que el fútbol y yo somos iguales: así.
Dicho lo cual, me fui de la tele a otro trabajo en el que encaro mi cuarta semana. El trabajo me gusta bastante: me pagan más, es de lo mío, tengo total libertad, un horario deochoatres... Todo ventajas en lo que llamaremos Mi Trabajo. Además, estoy en un sitio en crecimiento donde me han dicho que tengo que conseguir unos objetivos a largo plazo y guiar ese proceso muy a mi bola. Todo fantástico.
Bien, amigos, tres semanas después de cambiar de trabajo me han ofrecido El Trabajo: horario matador, no sé cuánto dinero porque no me lo han dicho... ¿Todo ventajas? Pues sí, porque como soy como la Obregón, polifacético, pues digamos que ese trabajo que me han ofrecido hoy cumple totalmente mis aspiraciones y mi vocación más total, que es la de ser guionista de un programa de actualidad y humor y risas y eso.
Entonces esta tarde me han ofrecido El Trabajo... y he tenido que decir que no. En Mi Trabajo un tío me llamó, confió en mí, me ofreció un proyecto y en cierta forma me comprometí a llevarlo a cabo. Es evidente que si El Trabajo hubiera llegado hace tres semanas lo hubiera elegido sobre Mi Trabajo sin ninguna duda, pero ahora, tan pronto, no puedo aceptarlo.
Intentaré colaborar una vez en semana con esta gente tan maja de El Trabajo, pero en el fondo me da pavor haber perdido un tren. Quizá, El Tren. Y todo por ser honesto y tener palabra. Hay quien dice que ser honrado siempre te acaba revirtiendo y gente que dirá que si soy así de tonto se pasarán las oportunidades.
Por otro lado, pienso que soy afortunado porque me llueven buenos trabajos, y eso tiene que significar por cojones que algo bueno estoy haciendo. A la vez es un éxito y una desgracia, porque ha llegado tarde por muy poco, y me siento mal.
Con estas cosas te das cuenta de que no somos nadie.
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
posted by Quic @ 12:49 PM
5 Comments:
Es un putadón, sí señor. Pero ten en cuenta que, si tu sueño era trabajar en la tele y luego no fue lo que esperabas, a lo mejor El Trabajo tampoco era lo que tú pensabas. ¿Has pensado lo difícil que tiene que ser hacer reír a la gente el día que llegas cabreado? Por lo menos vas a colaborar y, si no pierdes el contacto, más adelante puede que pase otro tren, hijomío, que tienes 28 años y eres listo. Además, en sólo cuatro semanas no creo que le hayas sacado todo el jugo a Tu Trabajo, en el que todo son ventajas, para empezar, la posibilidad de siesta diaria.
No te preocupes, que si te llueven los curros te seguirán lloviendo. ¡Ánimo!
Trabajar es siempre una putada... menos para Luke, el imbécil del McDonald..
Así que por fin El Trabajo iba a ser para ti... Bueno, yo no me preocuparía, sobre todo porque no le has cerrado la puerta del todo con lo de la colaboración semanal.
No es que yo sea nadie para dar consejos, pero el según-el-día-pinchazo laboral en el que me hallo me hace pensar que a lo mejor tanto cambio laboral no es bueno (y mira que yo he sido fan de los cambios, los he dado y he animado a darlos) y que puede que sea cierto el lema de que quien perservera, gana (o algo así).
En resumen, que no te agobies y siéntete orgulloso de lo mucho que te gusta tu trabajo.
Por cierto, tenemos que quedar para que me cuentes los detalle, que veo que me estoy quedando atrás muy rápidamente. Y también quiero una contestación al último mail colectivo que os he enviado, que ahora sé que estás ahí.
Cler
y que cunda el ejemplo... ¡enhorabuena, Don Quic!
A mi, desde luego, me parece cojonudo que hayas sido honesto y hayas respetado la palabra dada. Absolutamente. Mi aplauso.
Y no hacen falta argumentaciones a posteriori tipo "igual El Trabajo no era tan sensacional". Eso es completamente irrelevante. Lo importante es haber hecho lo que se debía.
A pesar de vivir en estos tiempos tan jodidamente utilitaristas, no puede perderse de vista el desastre que supondría que para 'aprovechar las oportunidades' hubiese que pasarse por el arco triunfal los principios y la decencia.
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