Seguimos en mi penosa escala de hijoputismo que me asusta
Siempre he sido muy de la bromita macabra, pero últimamente casi sólo se me ocurren chanzas de este tipo.
El otro día escuché a Juanito Oiarzábal hablar de la amputación de sus dedos de los pies, y lo único que acerté a decir sobre su drama fue: "Vaya, ahora con la polla y los cojones ya no le suman veintitrés".
¿Qué me pasa, horda de lectores decentes y algunos catalanes?
3 Comments:
A mi me faltan datos. ¿Cuántas pollas tiene Oiarzábal?
Juanito Oiarzabal, ese gran hombre que antes hacía ochomiles y ahora es el Pato Donald...
¿La primavera?
Por cierto, con tanto número uno al final se pierde: quizá sea mejor así.
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