Tele mala y tele buena

La mayoría de la televisión de hoy en día se basa en las ganas que tiene la gente común de salir en la tele. Como he dicho siempre, antes el premio era un apartamento en Torrevieja, un coche con cierre centralizado o una batería de cocina. Ahora el premio es salir. Que te vean. Y si es haciendo el ridículo, casi mejor.

Dos de los programas que se basan en las ganas que tiene la gente de hacer el puto ridículo en las ondas son "Mujeres y hombres y viceversa" y "Ven a cenar conmigo". La diferencia es cómo se hacen.

Si un día mi hijo llegase a casa con el cuello de un avestruz metido por el ano, vestido de Darth Vader y con las Grandes Obras de Mar Flores en la mano me enfadaría menos que si se hiciera concursante de "Mujeres y hombres y viceversa". Es tal el bochorno de toda esa gente que de lejos parece guapa y de cerca fea, lo tontos que son, lo ridículo que es cada cosa que dicen, lo que consideran "sentimientos" y esas mierdas, que el programa es lamentable en sí mismo. Consejo Quic: la calidad de un programa es inversamente proporcional a la cantidad de veces que los que salen dicen la palabra "persona". Añadamos frases del tipo "no me gusta la gente falsa" y "yo es que cuando tengo una relación, me entrego".

Emma García (la verdad es que tiene merito que siga pareciendo una figura digna cuando es la presentadora que más telebasura ha cargado en la historia de la tele; en éste programa no le han dado ni silla...) los toma en serio, hace análisis sesudos de sus mierdas... Y luego está uno de esos personajes underground que son, simplemente, de lo más vomitivo que ha pisado la tele: Paco Morales. Este tipo, que entró en "La Década Prodigiosa" porque se mató un cantante en un accidente, convierte en ridículo todo lo que toca. A mí no me la cuelas, rizos.

No sé muy bien cómo funciona el concurso, porque algunas veces que lo pongo hay mogollón de tíos y pocas tías y otras, al revés. Tienen sus citas heterosexuales entre ellos, en las que van a ver cine iraní y comparten reflexiones impactantes sobre la tendencia alcista del desespleo, y muestran lo tontos que son y el crimen que es su fondo de armario sin mayores sobresaltos. Todo muy bochornoso y muy feo.

Para colmo, el programa es un desastre de audiencia. Yo justifico estos programas si tienen audiencia, pero si no la tienen... He aquí un ejemplo de espantajería y mamarrachez, que diría John Galliano.



Luego en Antena 3 dan "Ven a cenar conmigo". Se basa en lo mismo: las ganas de exhibirse de cuatro pelagatos que protagonizan escenas de vergüenza ajena máxima con cierta asiduidad y muestran lo mucho que nos gusta rajar de los demás. Sin embargo, a voz en off del programa, con la que yo me descojono cada vez que abre la boca, cambia todo: no se trata de hacer digna a la gente que sale, sino de ver a los pobrecitos con distancia e ironía, sin llegar a humillarlos, que es en lo que se basa "Factor X", programa de esa cadena que incorpora la telebasura a su programación sin que nadie en Prisa diga nada. ¿"Ven a cenar conmigo" es malo? Sí, pero quienes lo hacen son buenos. Seguro.



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