Chacha
Mide, según me han dicho, 97 centímetros. Nació en alguna montaña muy remota o en algún altiplano muy lejano del continente americano, donde la gravedad aplasta pero bien. Ahora trabaja para nosotros durante tres horas a la semana. Es, ¡jar!, nuestra chacha.
Harto estoy de escuchar hablar de "la mujer que viene a limpiar a casa" o "la señora que me ayuda con la casa", eufemismos de gente de clase media-media (que dirían Faemino y Cansado) para no asumir que su nivel de vida ha crecido hasta llegar a tener chacha. Una mujer que limpia la casa por ti. Punto. Y no pasa nada. Es más, mola mogollón.
Si hace cinco años me dicen que voy a tener chacha es posible que hasta me enfadara. Me parecía una cosa de derechas y eso, una indignidad. Pero cuando el trabajo aprieta (a ATT más que a mí, dicho sea de paso) y cuando en nuestros días libres nos tenemos que dedicar al odioso trabajo de limpiar la casa, todo cambia. Te lo piensas, haces cálculos, ves la pasta que tienes y te das cuenta de que lo que te cuesta tener una chacha compensa de sobra unas horas tirado en el sillón, despreocupado de lo sucia que está la casa. Es la nueva vida de la clase media-media, que en nuestro caso se añade a una casa ¡¡¡¡barata!!!! y una hipoteca ¡¡¡¡baja!!!!, aplicando la histérica lógica actual.
Sin complejo ninguno, nos decidimos a la búsqueda de la chacha, no sin antes constatar que es complicado encontrar una. Y como no hay tantos componentes de la clase media-alta o alta-alta como gente dispuesta a asumir estos curros, es evidente que en la clase media-media, incluso en la media-baja (una fina línea las separa), prolifera el tener chacha. Vale, vale, "señora que viene a limpiar a casa". Lo que vosotros digáis.
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
8 Comments:
Enhorabuena por vuestra nueva chacha. Espero tener una pronto, aunque sospecho que D., como tú hace cinco años, tiene algunos prejuicios. Pero los prejuicios se quitan planchando, ¿a que sí?
Sue, hazme caso. Quic dice que sus prejuicios los tenía hace cienco años. Cierto.
Pero hace 10 meses también los tenía (por no arriesgar, no digo hace cinco). Se le han quitado a base de perder sus lunes entre escoba y limpiacristales.
Vete a vivir con D., encomiendale unas tareas para él solito, y en unos meses le tienes buscando chacha por las esquinas, te lo digo yo.
Esto de ser compañeros de chacha une mucho...
Y como dijo un día un amigo a su mujer: "Antes nos quitamos de comer que de chacha"
Y ejke la plancha es muy dura.
Ya te digo que la plancha es dura. Yo se lo he comentado a mi madre y me da la razón.
Yo les llamo duendes. Porque te vas a currar, dejas ropa en una silla, y cuando vuelves está todo limpio y la ropa planchada. Es magia potagia.
Tuve duendes 3 meses, pero luego tuve que cambiarlos por el alquiler de la plaza de garaje. Porque aquello ya era un vilipendio total y el sueldo no daba para tanto. La cosa es que, curiosamente, hace 10 minutos he hablado con la futura "señora que limpia la casa" y que también limpia en la de mi hermana porque ya no puedo más. Y es que se pueden tener prejuicios, pero limpiar incluso una minicasa como la mía, es arduo de cohones. Y mi poco tiempo libre lo quiero para lo que sea menos para sudar limpiando.
Y sí, Quic, sí, son chachas. Y punto pelota.
La idea de hablar sin eufemismos y metaforas me parece cojonuda.
Decir las cosas claramente.
Sin alardes, pero sin tener que pedir disculpas por tener a alguien trabajando en casa, por tener una mujer que limpia que, desde el principio de los tiempos es y ha sido la chacha.
La chacha que ha significado tanto en España. Ahí están Rafaela Aparicio, Gracita Morales, Julita Martínez y un largo etcétera de actrices que hacían el trabajo mientras la parienta del empresario de turno iba de compras a Galerías Preciados.
PD: no he sustituido España por "este país", ni parienta por "señora de la casa"... ay, correción política, donde nos llevarás...
Este blog se empieza a parecer demasiado al relato de mi vida. Me pregunto cuándo llegaremos al capítulo: "Creo que estoy embarazada", ya que me temo que es lo único que le falta para acabar de ser mi vida. Bueno, y alguna disquisición sobre "A ella hoy sí le apetece, pero a mí no, ¿cómo hago para salir de ésta?". También hay variantes tipo: "Sé que ella me está esperando en la habitación, más caliente que una placa solar en Écija en pleno mes de Agosto, pero en menos de cinco minutos empieza la Hora Chanante. ¿Aceptaría ella una familia de aliño y que salga echando leches al terminar en dirección al TV Set, teniendo en cuenta que llevamos dos semanas sin hacerlo?".
Eso molaría. Por ver si pillo ideas, más que nada.
faena de aliño, quise decir obviamente...
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