A "El País" se le debería caer la cara de vergüenza de vez en cuando
Partamos de la base de que Gordillo, el alcalde de Marinaleda, debería ser un ejemplo para muchos políticos en muchas cosas. Me atrevería a decir que esta es una afirmación que haría gente de cualquier ideología.
Bien, "El País" define a Gordillo así hoy:
"Sánchez Gordillo es conocido por liderar ocupaciones de fincas en la década de los ochenta y su estampa de bracero irredento. Se opuso a la reforma del Estatuto de Autonomía, en contra de la directriz de IU, coautora del texto; defiende la autodeterminación de Andalucía y ha respaldado a ANV y la antigua Batasuna. Aún no ha hecho un mitin urbano."
Poco más que comentar.
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
posted by Quic @ 6:19 AM
1 Comments:
No me escandaliza el ejercicio de cinismo de El País cuando habla de ANV y Batasuna. Me da pena esa tendencia actual de juzgar (y condenar) a la gente con tanta facilidad y cómo se introduce en la sociedad un puritanismo que pretende que el hombre no cometa errores. ¿No existe el derecho a equivocarse?
No digo que Gordillo se haya equivocado, digo que de haberlo hecho... ¿qué?
En contra de la imagen generalizada que tiene la gente de la religión, en mi opinión, ésta -o mi forma de verla- es mucho más benévola con quien se equivoca.
Otra cosa. Hoy leo:
"Por esa época conocí, quizá a través de Martín Prieto, a Ludolfo Paramio, que tenía mano en El País. Me sugirió escribir algo para el periódico, pero yo tenía dudas: Cebrián me vetaría. "Paranoias tuyas –replicó–. Allí escribe la gente más variopinta, no hay censura".
Mis dudas venían de que unos años antes, en un librito titulado La España que bosteza, Cebrián se había permitido aludirme como supuesto "cerebro" del secuestro de Oriol y probable colaborador de la policía, como lo indicaría el inventado hecho de que yo me moviera por Madrid con plena libertad y hablase tranquilamente con periodistas: he ahí retratada la frivolidad señoritil y la precaria deontología de un personaje procedente por familia de altos cargos de la Falange, tan capaz de hacer cómoda carrera con el franquismo como con la democracia y experto, por tanto, ¡en la vida clandestina!"
Es de Pío Moa.
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