Intelectuales
Estoy aquí, en la semana del infierno en la que sacas una exclusiva y te llueven presiones de todas partes, pero sigo vivo. Y no sólo vivo, sino que hago otras cosas. Como por ejemplo, leer en el metro. En concreto, un libro.
De hecho, el libro que he acabado de leer viniendo para acá es interesante. Sorprendente, ¿no? Pues lo es. Se llama "Operación cultura: cómo acabar con los intelectuales". Es de una tal Corinne Maier, que al parecer escribió un libro muy famoso llamado "Buenos días, pereza". Yo, ni puta idea tenía. Sin embargo, me ha encantado. Esta Maier, a pesar de tener un apellido pelín germánico y ser francesa, es abierta de mente. Curioso, de nuevo.
Es un librillo muy irónico sobre los falsos intelectuales, lo que llama "intellos", en francés, o intelectualillos, en castellano. Está cojonudo porque saca mogollón de tópicos de los que dicen huir de los tópicos, o los elitismos de los que dicen odiar los elitismos. En eso es grande y te ríes, sobre todo cuando habla del lenguaje de los "intellos", ése que utilizan para que nadie los entienda porque en realidad lo que dicen es mierda.
El libro es francés, y por lo tanto hace muchas referencias culturales a Francia y cita nombres de muchos franceses que no conozco. Me encantaría que alguien en España fuera lo suficientemente lúcido e inteligente para haber escrito un libro como éste, pero me temo que no existe semejante personaje. Aquí los "listos" son los ""intellos" de pura cepa. España es su paraíso.
Me encanta la definición de intelectual que hace, término casi contrapuesto al de intelectualillo: un intelectual es alguien que piensa por sí mismo, y al hacerlo tiene ideas que a veces son muy novedosas y aportan. No es literal pero es la idea. A mí me mola esa definición, me parece la esencia del asunto. Por eso, dice, los intelectualillos citan tanto: porque simplemente se dedican a leer a otros y citarlos, sin aportar nada positivo al mundo.
También relata esta Maier dónde se basa el "éxito" de un intelectualillo: teorizar A) O de temas de los que no hable nadie, con lo que aunque no le interese más que a 40 tíos eres novedoso y, por lo tanto, subvencionable (hay que tener en cuenta que el libro es francés y en Francia la subvención a todo lo intelectualoide está a la orden del día); B) O de temas de los que hable todo el mundo, sin salirse, además, de la vereda del pensamiento intelectualoide mayoritario. Es decir, hay que disertar sobre el racismo, el terrorismo, el islamismo, etc. etc. sin salirse demasiado de la opinión "correcta", porque si no los otros intelectualillos te saltan al cuello. Más cierto imposible.
Yo odio todo lo que tenga que ver con los falsos intelectuales, porque creo que a los verdaderos intelectuales los entiendo (hacen porque la gente los entienda, y por aportar cosas positivas al mundo) y tienen una pose de gente normal, porque lo son y por ello a veces los admiro. Por eso, me he carcajeado en el metro cuando he leído una frase en "lenguaje intelectualillo" traducida al lenguaje normal: "En el plano genético, tu ontología no se encuentra bajo los auspicios de ninguna figura tutelar de envergadura". Lo que quiere decir: "¡Bastardo!".
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
3 Comments:
Excelso. Excelso. A ver si encuentro el libro y lo plagio adecuadamente XDDDDDDDDDDD
Pues pásame el libro, que hace tiempo que no leo nada en condiciones (efectos secundarios de no ir en metro). Por cierto, lo de House, que sí.
A ver si lo he entendido. Elvira Lindo, Javier Marías, Rosa Montero, Fernando Redondo, Fernando Savater, Cesar Vidal y, tal vez no, pero a lo mejor sí, Anne Igarteburu.
Sin embargo, en Supernanny dicen que de todo se sale, siempre, eso sí, que tengas un papel sábana y un rotulador donde apuntar las nuevas normas de casa.
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