Quic's World

Todo es marcha, amigos.

Wednesday, February 15, 2006

Cabeza abajo

Tengo filias y fobias raras: odio el acordeón y me encanta contar las sílabas de las canciones con los dedos; detesto los pelícanos (es el animal que más miedo me da con diferencia) y me flipa jugar con las matrículas de los coches, mirando los pares de números y viendo si podrían formar el resultado de un partido de baloncesto (0123 no vale, 7781, sí).

Pero sin duda una de mis mayores obsesiones son los saltadores de pértiga. Hay bastantes cosas que sé que no haré nunca en mi vida, sea por falta de voluntad o por imposibilidad física o moral; una de ellas es saltar con pértiga. Si yo fuera partidario de la superioridad de la raza o de determinado grupo social sobre el resto, mi mundo ideal estaría dominado por saltadores de pértiga. Serían a mí lo que los arios a Hitler, lo que el colágeno a Bárbara Rey, lo que... no se me ocurre nada gracioso.

Pensad por un momento en lo que hacen los saltadores de pértiga: cogen un palo de cuatro metros, flexible pero increíblemente duro, y echan a correr a toda hostia. De repente lo clavan en el suelo y en vez de tragárselo, que sería lo normal, son capaces de pegar un salto y doblarlo. ¡Doblarlo, y a veces romperlo de pura fuerza celestial! Joder, intentad alguna vez en vuestra vida saltar con el palo de la escoba, y os haréis una idea muy lejana de lo que debe ser doblar una pértiga. Y una vez consiguen doblarla no se quedan ahí: se apoyan en ella, tiran para arriba... ¡y a cinco metros del suelo se ponen cabeza abajo! Sólo pensarlo, joder... Doblan la pértiga, pegan una hostia con los pies hacia arriba (deben utilizar todos los músculos del cuerpo, del esfínter a la comisura de los labios, en términos técnicos) y se impulsan hasta colocarse cabeza abajo.

Hagamos un aparte: ¿cuánto son cinco metros? Debe ser más que un primer piso, entre un primero y un segundo. Se elevan ahí con un palo e, insisto... ¡se ponen cabeza abajo agarrados de la pértiga!

Sigamos. Una vez están en esa posición, en vez de morirse de miedo y con sus madres en vilo ante semejante trabajo arriesgado de sus vástagos, ponen sus brazos en tensión para impulsarse por encima del listón. Otro ejercicio que debe ser de traca: saltar con los brazos, impulsarse para arriba a semejante altura. Debe ser como dar saltos con las manos haciendo el pino pero a lo bestia, a lo muy bestia.

Y qué elegancia al caer, cómo cuando fallan se lamentan en el aire, qué calma para analizar lo que les ha pasado mientras se precipitan desde seis metros.

Qué deportistas, qué dioses. Sergei Bubka se metió en política. Yo lo hubiese votado sin escucharlo hablar y sin mirar al partido en el que militase. ¿Cómo va a valorar uno la verborrea de López Aguilar si hay otro que salta seis metros ayudado de una pértiga? ¿Se puede comparar la dicción de Bono con esos músculos dorsales en tensión elevándose al cielo? ¿Es siquiera humano pensar que uno debe apoyar la política económica de Solbes si hay otra, la que fuere, elaborada por un tipo capaz de ponerse cabeza abajo a la altura de un segundo piso?

Quiero un mundo dominado por saltadores de pértiga. ¡Viva la pertigacracia!

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.

8 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Cinco metros es la altura de un pequeño campanario desde el que yo me negué a bajar rappelando (o como se diga) una vez. La altura me parecía increíble, así que sí, admito la superioridad moral de los saltadores de pértiga y similares.

3:31 AM  
Blogger _R_ said...

yo con las matriculas juego al mus

3031 -> treintiuna

0099-> duples reyes - caballos...

y asi.

Con los saltadores siempre tengo la esperanza de que cuando clavan la pértiga, la doblan y se impulsan, ésta se parta y se les clave en el pecho quedando empalados cual pincho moruno. Sería un bello espectáculo.

3:36 AM  
Blogger Isabel said...

Yo con las matrículas pruebo a hacer operaciones matemáticas para conseguir el 9, que es mi número favorito.

Y en cuanto a la pértiga... Me parece fascinante. Sencillamente fascinante. (Y siempre pienso que la primera vez, debe ser... Súper chungo)

5:38 AM  
Blogger Haters said...

Yo siempre obtengo la misma asociación: las matrículas que tienen tres seises están en coches de color rojo.

3:27 PM  
Anonymous Anonymous said...

Yo aporto un dato para aumentar la mística de los pertiguistas: en el mundillo deportivo de mi ciudad --una "smalltown", que diría Lou Reed--, el único que conozco que practica ese noble arte es un yonki rehabilitado que superó los enormes problemas que tenía en una época de su vida a base de constancia. Supongo que Bubka también cometió errores. E Isinbayeba, menuda tiene que ser en el catre! (que cada uno haga analogías entre la pértiga y ciertos órganos).

4:14 PM  
Blogger El Profesional said...

Isimbayeba......
el mismo nombre lo dice todo....

Además en España tenemos a Dana Cervantes (q nombre!!!) y a Javier García Chico (otro nombre genial para un pertiguista).

¿Cómo se puede admirar a un tipo q se llama Manuel Martínez y q lanza peso existiendo los pertiguistas?
Nada, nada, mis votos para García Chico.

2:25 AM  
Blogger Haters said...

Dana Cervantes se dopaba.

11:46 AM  
Blogger El Profesional said...

Eso la hace más interesante.
Se pone cabeza abajo y además le van las drogas.

12:20 AM  

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