Ser ciego debe molar
"Cojos, siameses, paralíticos, ciegos / unidos a la causa, juntos venceremos" (Acción Mutante)
Acabo de vivir una experiencia parasubnormal en el metro. Todavía con la polémica del poliomelítico -¿fake o no fake? Me inclino por que Gabilondo ha vuelto a pecar de querer cobrar paga extra de PRISA, ahora que llegan las navidades, y por lo tanto ha hecho lo que tan bien se le da a ese grupo mediático: ser mierda con buen olor- de la última manifestación del Lobby de (algunas) Víctimas de (algún) Terrorismo en la cabeza, he visto al ciego más cañero de la historia.
Estaba yo sentado leyendo "El Mundo", que me lo he comprado hoy porque me quería reír y lo he intentado, pero no he entendido nada de lo que ponía, cuando he escuchado un golpe. He girado mi cuello hacia la derecha y resulta que el golpe lo había dado un ciego con un palo (¡anda, coño, de ahí la expresión "dar palos de ciego"!) de esos blancos suyos, que llevaba una bola XXL en su base. El tío ha golpeado el suelo virulentamente y ha entrado como resoplando, en plan toro de lidia, con un cabreo de no te menees. Para hacerse hueco ha movido el palaco en plan molinillo en un radio de un metro a la redonda, cusándole una herida contusa, y posiblemente incisa, a un hombre de mediana edad, de perfil físico notario o registrador de la propiedad. No ha dicho ni pío. Joder, es ciego.
Dos paradas más tarde se ha bajado, en la misma estación que yo. Al salir, ha arrollado deliberadamente a la gente que esperaba y que ya estaba haciendo hueco, y ha golpeado con el hombro hasta hacerlo tambalear a un pequeño hombre de unos 30, de perfil físico creativo de publicidad o jurado de OT. No ha dicho ni pío. Joder, es ciego.
El ciego ha seguido sembrando el terror en su trayecto por el pasillo hasta que yo, hábilmente, lo he adelantado por la izquierda y no he mirado atrás. Mujeres de unos 40 de perfil físico institutriz o mujer de ex presidente, hombres pequeños y de piel oscura de perfil físico tocador de flauta vertical en vagón del metro o afectado por Air Madrid, o bakalas bordeando la mayoría de edad de perfil físico tornero-fresador o víctimas de peluqueros epilépticos han sido quienes lo han sufrido. Ha podido haber heridos, aunque me atrevería a decir que no ha habido que lamentar víctimas mortales. Nadie ha dicho ni pío. Joder, es ciego.
Y yo he pensado, así viniendo para este asco de curro que tengo, que el hombre simplemente ha tenido un mal día. Y que, como es ciego y listo, ha decidido hacer de la ceguera virtud, y ha descargado su ira contra todo el mundo. Mientras los demás nos contentamos con gritarle al árbitro del fútbol o con putear a nuestros subordinados (los que los tengáis), los ciegos, por el hecho de serlo, pueden marcarse en el metro una escena en plan "Un Día de Furia" a hostiazo limpio sin ver peligrar su carnet de puntos de invidente. Y he pensado que, bien mirado, ser ciego tiene que molar. De hecho, alguna vez que me he puesto muy ciego a mí me ha molado. Iñaki, ataca, que aquí tienes un filón.
P.D.: Ver "Padre de Familia" me está haciendo ser un tío mucho más trash, en estas fechas tan señaladas precisamente. Paradoja.
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
6 Comments:
Qué me vas a decir a mi sobre ciegos cabrones... Sin duda, ser ciego tiene que molar, salvo por no ver un carajo.
Lo que de verdad tiene que molar es hacerse el ciego, igual que hacerse el guiri, que mola un huevo.
yo en mi linea habitual cuento lo que no viene al caso, cuando has mencionado el tamaño de la bola he recordado una anecdota que me contaron el otro dia de la tia de una, resulta que su marido como regalo de boda le regalo una cadena de preso de esas con bola, de plata y aunque no era a tamaño natural el tamaño era considerable; y alos q nos pueda parecer una coña muy divertida... pues no lo era
Mari Ici ¿de que estás hablando?
Quic... ¿era o no el ciego del subnormal? Que me has dejado con la duda...
el profesional y yo, un día volviendo en metro de noche, se metió en el metro un ciego que llevaba un ciego importante,
entonces pensé, "que coño, ellos también tienen derecho a pillarse un buen trozo".
Lo bajó un obrero de la mano y lo metio en el vagon de un salto porque parecía que se caía al andén.
Y en cada estación se quedaba dormido y despertaba al frenar del metro gritando al aire "¡¡¡ya hemos llegado a alfonso XII!!!", y contestabamos "¡¡¡noooooo!!!!". Así unas cuantas paradas.
"¡Noooooooo!, ¡aún vamos por la Primera República!".
Amén del cachondeo, hubiese dado un cierto toque de distinción a la respuesta.
Yo nunca he visto un ciego ir ciego, pero tiene que molar. Lo máximo que he visto es un ciego-pulpo, de esos que tocan a las amigas para "reconocerlas".
Pobres afectados de Air Madrid: primero los dejan sin volar y luego los hostia un ciego cabrón.
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