Mi decrepitud física
He vuelto al deporte, cuestión que el deporte no ha agradecido mucho. Lo he hecho de manera light en lo físico pero heavy en lo competitivo, porque soy un ganador y un mago.
Sin embargo, lo más reseñable de mi regreso a las canchas es el dolor que soporto en todos y cada uno de mis músculos. He intentado imitar la sonrisa de Zapatero y casi lloro del dolor facial que he sufrido. He intentado coger un bote de un armario alto y he estado al borde de imitar a la ex mujer de Jaime Ostos. Me he agachado a por las llaves y he llorado como Ana Obregón el día que empezó a ver caer sus pechos.
Dicho lo cual, es evidente mi oxidación. Resulta terrible verse envejecer de esa manera tan traumática, tan de un día para otro. Dicen que el deporte dignifica (OK, es el trabajo, pero yo rehago el dicho de una manera bastante frisbee), pero ¿a quién? Dignifica a quien puede practicarlo, a quien se encuentra físicamente bien, pero a quien no hace deporte nunca lo que hace es joderlo y hundirlo. Porque iban pasando los años y yo tan pichi, más gordo, pero objetivamente tan pichi. Ha sido el deporte quien ha sacado de mí la idea de mi propia bonanza corporal para sustituirla por la asunción de que físicamente estoy peor que Fidel Castro haciendo puenting.
Con lo que, igual que con Demetrio, que te den por saco, deporte. Referencia esta última que quien sepa identificar es que es grande.
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
3 Comments:
¿Y si no la sabes identificar es que eres pequeño? Y yo que últimamente me sentía tan grande...
Se puede volver después de 20 años sin hacer deporte, te volverá a doler todo como si llevaras 20 meses...
Antológico gag de Martes y Trece que hoy en día sería impensable ver en la tele, decir que era políticamente incorrecto se queda corto. En youtube, literalmente, lo he visto bajo el título "Martes y Trece se ríen de las mujeres maltratadas".
¿Consigo el título de grande (de España)?
Post a Comment
<< Home