Reconozca a un catalán
Esto de la desmembración de España y las hordas inmigrantes que nos quitan no sólo el trabajo, sino la condición de víctimas del terrorismo, hace que se requiera sin dudar un manual para reconocer a un catalán a la legua. Había un chiste de catalanes que decía que son los que si tienen frío se acercan a la estufa, y si tienen más frío la encienden... Me parece de mal gusto. Para reconocer a un catalonian no hay más que atender a dos parámetros: camisa negra y gafa fashion.Anduve este verano trabajando por BCN y pude constatar que no hay un catalán sin una gafa de diseño. Son un pueblo innovador y valiente do los haya en el tema monturas gafiles. Colores, materiales y grosores de todo tipo, pero siempre vistosos y relativamente trendys (o trendies). Si tienes unas gafas normales, no te dejan salir de casa. Es un hecho. Y mientras que se habla de la presión a los catellanoparlantes o a los okupas en BCN, no se habla de la que sufrí yo con mi montura al aire. Sufrí, y eso no cuenta.
La camisa negra es un rasgo absolutamente diferenciador de los catalonians. Traje con camisa negra es tan catalán como tirar cabezas de cochinillo a los campos de fútbol. Esto viene de tiempos inmemoriales, desde el Negro de Banyoles y la Moreneta. Es un pueblo muy dado al negro históricamente. Lo he leído en Internet.
Por eso, declaro catalufo of the moment a Joan Saura. Prototipo total sin matices. ¿Veis, vascos, como lo del RH es una gilipollez?
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
posted by Quic @ 4:36 AM
7 Comments:
Pongame a los pies de su señora por tan grandes verdades.
De hecho me jode, porque ese calificativo del barcelonés cosmopoltia por la gafapasta de diseño es muy mio.
Así que no soy la única persona en apercibirlo.
Más de camisa oscura, claramente. Ya me había dado cuenta hace mucho, porque entre los políticos de Esquerra es uniforme oficial.
En CiU no tanto. Son más naranjistas que partidarios de la camisa oscura.
Observación adicional sobre Catalonia: Si escuchas a alguien vocear o hablar demasiado alto, siempre se trata de castellanoparlantes. Los catalanes pata negra hablan bajo.
¿Q fue antes? ¿El comentario o la entrada?
El Hombre Topo dijo...
Aparte del asunto de la papeleta, que me parece genial, aunque yo le añadiría la coda del simpar Errado, creo que gran parte de la futura historia de la democracia de estos ultimos años se resume en lo de los atuendos, por lo que conmino a mi ídolo máximo (sí, a Quic), a que se centre -cuando a él le sea más conveniente- en el análisis comparativo de:
jerseys con cremallera (MNLV) vs. corbatas de Prada (AP) vs. camisa negra con corbata muy oscura (ERC) vs. Liquidación Total en el Milano de la Puerta del Sol (PSOE).
Creo, mi querido Quic, que le harías un gran bien a la democracia de este pequeño y miserable pais. El tema gafas tampoco iría mal, pues somos víctima de la invasión de los temibles gafapastas.
Apuesto claramente porque el comentario de Hombre Topo ha servido como revulsivo para que Quic escribiera sobre un tema que me consta le preocupa desde este verano. Nunca volverá a ser el mismo que fue antes de ser humillado por causa de su montura al aire. Él, que se creía tan moderna.
Pero Quic, joder, ¿cómo no te has hecho aún con unas buenas gafapasta? Pasa por el aro, serás mucho más feliz, sobre todo en tus trabajos veraniegos.
El gafapastismo ya hace tiempo que ha trascendido las fronteras de los Paisos Catalans, Quic. Tuve que meterme por esas cosas de la vida en un MultiOpticas en BCN y me di cuenta que la dependienta no dejaba de mirarme ni un minuto, y eso que iba con mi chica. Claro, no llevaba gafas (yo, no la dependienta).
No estaban las que ella quería y claro, el encargado de la tienda echandole la culpa a que tienen su central en Madrid, si la tuviesen en Sant Cugat esto no pasaría. A mi las gafas de pasta me sudan la pilila por delante y por detras cual Pepe Rubianes. Que mas vale ser un mediocre que ponerle un cristal de aumento a esas gafas de los cines 3D que son mu trendy.
Desde aquí declaro mi pasión y admiración hacia Quic. Nadie como él sabe ver en los profundos abismos del alma humana.
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