Guía práctica del gañote (y 2)
Seguimos con esta última y no menos apasionante entrega sobre el mundo del pesebre y/o gañote. Espero que sea del agrado de ustedes.
2. Deglución. Hay que comer mucho sin que parezca que lo haces. Para ello hay que optimizar tiempos sin restar clase en la deglución. Cuesta que un camarero se pare: no la cagues llenándote a dos carrillos. Pero tampoco te quedes corto, ¿eh? He aquí las dos principales técnicas.
2.1. El uno más uno: Sigue la máxima oriental: "Si está en la boca, no está en la mano". Canapé que vuela, a la cazuela. Sólo aplicar si el camarero/a se para prolongadamente, es decir, cuando hay un corro grande de gente zampando. Se trata de coger el primero un canapé y, mientras el resto coge el suyo, cerrar el bloque de trincamiento con un segundo canapé. Yo soy especialmente bueno en esto porque degluto pronto saboreando lo suficiente. Si te pillan, sonríe. Se puede salir con elegance, aunque hay que ser experto.
2.2. El "¿Quieres?": Se trata de hacer ver al camarero/a que coges dos para un compañero de fiesta. El camarero/a ha de saberlo con claridad, de manera que has de girarte y pronunciar un "¿Quieres?" hacia tu corro, aunque nadie te mire. Coges dos y te los zampas. En caso de que se lo ofrezcas a alguien en concreto, asegúrate que sea uno que no le gusta. Quedarás como un dandy y zamparás. Existe el riesgo de que tu compañero te acepte el canapé, con lo que quedarás como muy filántropo, pero gorronearás menos. Todo tampoco se puede tener siempre.
2.3. La táctica del limpio: En cada bandeja de canapés suele ir un montoncito de servilletas. Mientras engulles un manjar puede que se cruce ante ti otro, momento en el que hay que estar rápido y preciso. Quedaría muy poco fino si con la boca todavía llena agarrases otra presa, de manera que hay que buscar la excusa de la servilleta. Así, paras al camarero (no es necesaria ninguna de las técnicas anteriormente expuesta, pues la nobleza del fin, es decir, la limpieza, justifica una parada brusca), enganchas la servilleta y, como quien no quiere la cosa, coges un canapé. Conviene verbalizar ante el camarero que quieres una servilleta, para dejar bien claro que lo que deseas es limpiarte. Luego, se la clavas. ¡Es facilísimo!
Hasta aquí un nuevo hito histórico de este blog de criterio inabarcable. Copiadlo y difundidlo entre vuestros conocidos. Soy así de desprendido: mi conocimiento es vuestro, y no os cobro ni hostias.
Para demostraciones prácticas, hay que invitar a Quic a un gañote y verlo en acción. No cobro matrícula. Cualquier petición, dejad un mensaje.
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
3 Comments:
antes te compro un traje, guapo
Pero más que los gañotes, donde realmente te pones púo es en desayunos y almuerzos con la prensa... Ahí es donde, de verdad, se demuestra la clase. Hacer ver que te interesa el tema del que hablan los convocantes y, además, darle al pico sin tomar aire...
Grande, como siempre.
como se nota que no has sido camarero con bandeja de canapeses, nuestra misión es averiguar quien es el " zampabollos" del sarao, porque una vez q lo sabes... le persigues, no puedes volver a cocina hasta que sólo quedan 3 o 4 canapeses en la bandeja ( que nunca llegan a la cocina porq segun sales del saloncito te los zampas tu), y no hay nada más coñazo que estar con unos pocos canapeses paseando esperando que alguien coma alguno más, y ves que han sacado el jamon y la gente pasa de tus mierda croquetas, asi q vas a por el zampabollos oficial, q no le hace feo a las croquetas, y le echas tu mejor sonrisa, como si no hubiera cogido aún ninguna ( hay q hacerles sentir bien, sino dejan de comer)y te pones a favor del viento para que le llegue el olorcito..., toda una tecnica, algún dia te cuento la de las copas de champgne
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