¿A que tú no trabajas los viernes por la tarde?
Cada vez que me quedo a trabajar hasta estas horas un viernes (ahora mismo, ocho menos cuarto) me siento más gilipollas. Yo no soy de esos periodistas que trabajan sólo por la tarde –que entro a mis ‘tempranísimas’ 10, que para el gremio no está mal–, que simple y llanamente soy un pringado, majetes...
Va en nuestra cultura alargar las fiestas, ora en las bodas farruquíticas, de tres días trozo perdido y con la ropa hecha un cristo / jirones, ora en el ya legendario "Venga, la última y nos vamos". A mí me gusta, nos distingue como pueblo de este crisol de nacionalidades, pópulos y subrazas que es este Estado/Nación/País, y nos distancia de Europa, que realmente no es donde nos corresponde estar en el aspecto lúdico. Por eso, la gente no trabaja los viernes por la tarde. Ya por sistema, si llamas a cualquier oficina ya no hay nadie a estas horas. Hemos (¿plural? ¡Qué iluso!) ido conquistando el alargamiento de finde hasta hacerlo comenzar con el bocado de la opípara comida presiesta de los viernes.
No sé si es un recuerdo deformado de la infancia (como el que tengo sobre Ruth Gabriel, a la que saqué un lado oscuro infantil cuando vi "Días Contados". Y ya cuando le vi tumbarse al lado de Espinete ni os cuento...), pero cuando yo era pequeño la gente trabajaba la tarde de los viernes. Mi vida, que es un permanente regreso a la infancia (el otro día me dijo mi cuñada Lau: "¿Eres consciente de que algún día tendrás que olvidarte de todas esas cosas de la tele para dejar hueco a nuevos conocimientos?"), parece que no quiere salirse de ella los viernes por la tarde. Sigo currando como antaño hacían los mayores el último día de la semana, esperando, ya avanzada la tarde, a que el reloj indicase la hora de la salida. Pero no se iban a comer, no, ser iban a cenar. No habían conquistado la prolongación made in Spain del fin de semana.
Sé que tú, amigo lector, leerás esto el lunes. Y si lo haces antes, estarás en tu puta casa, mirando con una media sonrisa lo pringao que es Quic. Que te aproveche, so cabrón. Algún día me vengaré. Y lo leerás en este blog. Ya te digo.
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
4 Comments:
No, hijo. Yo estuve currando hasta las 21.45. Que lo sepas. En mi blog tienes pruebas al respecto.
Buen finde.
El lunes por la mañana nos hace a todos iguales.
cómo se nota la edad.. en mi infancia se trabajaba ¡los sábados por la mañana! y hasta había clase (colegio)....
Te digo que en Argentina los viernes por la tarde es una farsa, solo se habla de mujeres y sexo, de trabajo solo lo necesario para que sepan que el lunes nos necesitan de nuevo
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