¿Por qué hago gracia cuando no quiero?

Soy un graciosete. Hago bromas constantemente; soy como el fútbol, así. Pero no hago gracia cuando quiero, sino que a veces la hago cuando menos lo pretendo.

Por una serie de circunstancias que no vienen al caso por no desprestigiar al personaje en cuestión, un cuñado mío confundió a una vaca con un pájaro. Así de heavy fue el asunto. Hete aquí que, como era de prever en un gracioso como yo, hice unas cuantas bromas. Entre ellas hubo algunas muy celebradas y otras no tanto entre los que me escuchaban, pero coño, la cosa no fue mal.

Entonces hice una que a mí me pareció mítica y de la que no se rió nadie. "Oye, tú cuando ves "Vaca y Pollo" no sabes bien cuál es cuál, ¿no?". Silencio sepulcral. ¿Por qué, si yo todavía me río del derroche de ingenio?

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.