"¿Quic? Hola, soy Forges"
Cuando empecé en esto del mundo del periodismo, lo más friki que hice fue hablar con Bertín Osborne. Era una historia complicada encontrarlo y que se pusiera al teléfono, pero al final terminé hablando con él dos veces. Un crack, Bertín. Sin duda.
Luego he hecho chapuzas por ahí y he hablado con personajes de todo pelaje y condición. A mí me hace mucha gracia porque no estoy acostumbrado a currar con actores y gente de la farándula en general, pero son nombres que a todo el mundo le suenan. Y es que trabajar en un medio inexistente, en quiebra económica y que vende menos que algunos periódicos locales es lo que tiene.
Estos días en la tele no se han prodigado en momentos frikis relacionados con el famoseo, no más de lo que es habitual; es decir, en mi ámbito. Sí he tenido momentos periodísticos cumbre atípicos para mí ("quiero esto para ayer y caliente", "esta decimocuarta hora de jornada laboral ya me está empezando a agotar") y más típicos como, ejem, dar en exclusiva la única gran noticia que se ha generado en este país en los últimos días, al menos en "lo mío". Para regocijo, por cierto, de mis jefes supremos, que me miraban con otros ojos desde ese momento.
Toda esta paja viene a colación de que ya el último día andaba yo detrás de localizar a Forges. Una cosa que me resultó bastante complicada (joder, "El País" es un ministerio) y desesperante, hasta el punto de llegar a decirle a una amable señorita: "Mire, esta es la decimosexta sección con la que hablo, ya no sé si tenéis más en el periódico; el caso es que quería localizar a Forges y...". Al final, paradojas de la vida, quien me terminó localizando a uno de mis ídolos de siempre fue la primera mujer con la que hablé, que me pidió el teléfono y me dijo que me llamarían. En esto que pasados dos minutos sonó mi teléfono -un sensacional politono de El Gañán que ha causado furor en la tele- y al otro lado del hilo teléfónico (jo, adoro esta frase) me dijeron: "¿Quic? Hola, soy Forges". A lo que yo respondí: "Esto es lo más grande que me ha pasado en la vida: que Forges me llame a mi teléfono". Y el tío se rió.
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
6 Comments:
Ahora viene la frase tipo "pues en los viejos tiempos, cuando hacía humor sutil, yo le tenía mucha admiración al Sr. Fraguas, pero desde que se tiró a la denuncia obvia y pestosillamente progresoide, y, sobre todo, desde que le dió la tarantela de poner a parir a los coches -divina invención- como que le tengo un poco 'atravesao'". Pero vamos, nadie puede negar que tiene Arte. Y a mí también me gustaría que me llamase al móvil (donde suena una Gymnopedie de Satie, btw)
Quic, ni caso al de arriba. A mí me llama Forges y me da algo. Cler
Como mola, quic!! Algo me así me pasó con Ana Belén. Y también lo flipé!
Pero la producción es asquerosamente asquerosa. Siempre hay alguien que intenta que no hagas tu trabajo, que no pasa el recado, que no apunta el teléfono o, simplemente, le importa una mierda tu desesperación para localizar al personaje en cuestión...
A lo mejor es que me enrollo demasiado y se me entiende mal. Transcribo:
'Pero vamos, nadie puede negar que tiene Arte. Y a mí también me gustaría que me llamase al móvil'
¿hay algo que se infiera de esta frase de un sentido contrario al de la valoración positiva del hecho de que me llamase Forges?
Diferenciemos al Forges sensiblero de El País del gran Forges de El Jueves.
Creo que es la única persona que queda trabajando en ambos medios desde que le dieran la patada a Ramón de España por aquel turbio asunto con Puigcorbé que agradecería se me explicara.
Y ya qué estamos con Puigcorbé, que me digan quién es su agente, que lo quiero contratar.
Haters, no tengo ni puta idea de lo que cuentas del gran Ramón de España con Puigcorbé. Informa, por Dios, al que no sabe: es obra de caridad.
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