Me voy a Toronto, qué coño

Me ha dado por ahí. Dado que tengo un amiguete currando allí y me acoge y a otro que juega al waterpolo o algo así, me voy a Toronto. Saldré mañana a eso de las ocho de la mañana y regresaré el lunes que viene, así que hasta el martes no actualizaré esta fuente del saber.

Dicho lo cual, ¿qué os cuento hoy? Pues que la presentación de Cuatro me pareció irregular y me dio la sensación de que el programa de Boris y la Siñeriz va a ser uno de los grandes truños del momento. Yo creo que han fichado bien en general, pero habrá que verlo avanzar. También tengo la impresión de que se han gastado mucha pasta en grafismo y no les va a quedar demasiado para desarrollar los programas.

El informativo de Gabilondo me pareció interesante en su formato y decepcionante en su ejecución. Al Iñaki se le vio perdido, sin rumbo y en el lodo, y ese rollito CNN de hacer hablar a los personajes en primerísimo primer plano con micro en mano me repele bastante. Y vale ya de poner faltas de ortografía en los subtítulos de la tele, que es de traca: ha desaparecido el signo de interrogación de apertura y hubo un "ha" sin hache (que no recuerdo) que cantaba escandalosamente.

Espero que Cuatro funcione. Ayer me quedé en casa por la tarde y mientras un señor que dice todo el rato "lo que es" ("si te pongo lo que es la cortina", "te dejo aquí lo que es la silla") ponía las cortinas de casa (unos paneles japos con letras japos -con lo que yo les odio- impresionantes en el salón), yo intenté ver al tele y no pude. Entre GH, que un rato vale pero ya huele, culebrones y un reportaje de comunidades cristianas en La 2, asco máximo. En Telemadrid no sé por qué (¿otra vez huelga? ¿Llegué demasiado pronto?) no daban "Madrid Directo", el mejor programa de la televisión, así que la tuve que quitar y observar las felinas acciones del cortinero taladro en mano.

Hasta el martes, pringaos.

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.