"Baila con las Momias"
Anoche surgió una interesante conversación entre copas. Con un compañero de trabajo, llamémosle B, empezamos a hablar de qué grupo le gustaba a todos, absolutamente a todos, los de su pandilla en el instituto y así. Él dijo que los Red Hot Chilli Peppers, yo que Blur y una chica que me ha prohibido ser nombrada dijo un nombre del que todavía no me he repuesto.
A partir de ahí, B, que cuando bebe se pone filosófico (y cuando no bebe, lo intenta), empezó a teorizar sobre la idea de que ese nexo de unión de tus amigos "de juventud", el del grupo que nos gustaba a todos sin excepción, define mucho. En este caso, que mi grupo era mucho mejor que el suyo, evidentemente.
Y luego, no sé bien cómo, se habló de Tocata, el programa musical que veíamos de niños, y Rockopop (con Beatriz Pécker). Y los dos llegamos a un recuerdo común: los concursos de break dance del Tocata. ¿Quién no los recuerda? Es increíble que a la edad que viéramos aquello (él es un año mayor que yo, pero posiblemente tendría nueve años, o menos) los dos recordásemos ese concurso, toda su estética, el humo, los focos, cómo flipábamos con esos tíos... Luego él se avino a comentarnos que una vez ganó un concurso de baile en Valladolid con la cara pintada de negro y haciendo break dance ante una multitud de viejos. A mí me vino a la mente mi amigo Arbusto El Guerrero haciendo break dance dentro de un saco de dormir en una azotea segoviana. Y la historia de unos amiguetes a los que los break dancers de Alcorcón les jodían los aros de las canchas de basket para que no fuera gente a jugar y poder bailar ellos, y cómo mis colegas, en venganza, compraron mil litros de Coca Cola y la echaron por el suelo para que estuviera pegajoso y no pudieran hacer sus gráciles cabriolas. El break dance, qué importante ha sido en mi vida y lo poco que lo había tenido en cuenta hasta ahora.
Sobre todo porque me vino a la mente una historieta de Barrio Sésamo impresionante de la que ni B se acordaba. Era un baile que hubo un día, que se titulaba "Baila con las Momias", en el que unas momias salían de unos sarcófagos y bailaban break dance. Recuerdo a Chema todo flipado detrás de los bailarines, a los niños (Ruth Gabriel; cada vez que pienso en "Días Contados"...) también, quizá a Ana... Y la música, que hoy no me la saco de la cabeza: "Baila con las momias / de aquí para allá / (vocecilla estridente) de aquí para allá / Baila con las momias / siguiendo el compás / (vocecilla estridente) siguiendo el compás / Baila con las momias / y ríe feliz / (voz grave) y ríe feliz / Baila con las momias / junto a mí / junto a mí / junto a mí". Y una melodía que para sí la quisiera La Monja Enana que recordaré toda la vida.
Porque ya no tengo cuerpo (nunca lo tuve), pero estoy por ponerme a hacer el molinillo en la redacción. O no, que no tengo traje de momia.
El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.
5 Comments:
es majestuoso ese momento de Espinete con las vendas aquellas. Y Chema, el panadero porrero era lo más. Acuérdate de Ana, la vecinita lesbianita colgada del LSD. Y de ese quiosquero tan aficionado a los niños. Y de Don Pimpón, para el cual no encuentro palabras.
Por dios Kurt, Chema era farlopero! que fumase porros, tambien, pero sobre todo farlopero.
Beatriz Peker me ponía muy supercachono. Aun lo hace.
supercachondo, joder!
Joder, Quic... nos acaba de pasar algo increíble con las momias. Creo que nos va a caer una maldición al estilo Tutankamon.
La solución en
arbustoguerrero.blogspot.com
yo se cual era ese grupo, o cantante innombrable, y ahí está la prueba de que yo no cuento, para que luego digan que voy robando amigas,ja!
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