Miniconsumismo

Me reconozco un ser consumista, aunque no de las grandes cosas: nada de coches, de ropas caras, de relojes ni similares. Soy un consumista compulsivo de lo pequeño: frikeces de todo tipo y pequeñas delicias culinarias producidas en cadena. Visto este autoanálisis tan, por qué no decirlo, brillante, me voy a marcar un ranking de las cinco delicias culinarias de consumo masivo que me apasionan. A saber:

5.- Las Ruffles York'eso: Son las grandes desconocidas en el mundo de la pata chip y no se han convertido, contra todo pronóstico, en un fenómeno de masas, pero a mí me flipan. La ingeniería del sabor falso en este tipo de productos es acojonante (un capítulo del libro "Fast Food" de Eric Schlosser va de eso y es realmente alucinante), pero llegar a hacer una patata con sabor a sandwich mixto es de Premio Nobel. Qué grande, señor.

4.- Las Panteras Rosas: Aparte de ser el bollo más pop que existe, estéticamente perfecto, son toda una delciia. Nunca sabremos a qué sabe exactamente, ni de dónde sale su color rosa o de qué coño está hecha su "nata" (o lo que sea que lo rellena), pero siempre la adoraremos. Es una más que digna representación culinaria del legendario dibujo animado.

3.- Las dentaduras: Son esas chucherías míticas con forma de dientes de la mandíbula superior de colores así como pastel. Nos han acompañado desde pequeños con su sabor dulce y su textura suave. Además de ser una delicia, permiten hacer pequeñas performances tales como clavártelas en tus piños originales y, emitiendo algún sonido gutural como acompañamiento, hacerte pasar por un risueño monstruo ante tus amigos. Serás el centro de atención y el rey de cualquier reunión social. Viva la diversión.

2.- El Frigo Pie: Ayer me comí uno y ha pasado de ser el pie de un Hobbit a uno de un bebé de 13 meses. Todo mengua en estos tiempos modernos; o eso, o según vamos creciendo todo nos parece una mierda-menos-lo-vuestro. Aun así, es el mejor helado del mundo. ¿Qué mayor placer hay que morder el dedo gordo? Además, es un helado que marca sin ambages la diferencia entre polo y helado. Este debate, tan antiguo como la humanidad, divide a los "palistas" y a los "hielistas", es decir, a quienes creen que un polo es el que tiene palo o a los que lo definen por ser de hielo. Los palistas consideran al Frigo Pie un polo y al Calippo un helado, pero los que somos listos y nos hemos alineado con los hielistas opinamos lo contrario. El Frigo Pie es un helado. El mejor.

1.- Los Donettes: El otro día hicimos una cena en casa con mis amigos de la facultad. De postre había, claro, Donettes. Todavía resuenan los ecos de las risas de mi amigo G, ya que le parecía un postre "demasiado contundente". Pues bien, sacamos una bandeja espectacular con un huevo de Donettes y no quedaron ni las migas. ¿Por qué? Porque no hay nadie a quien no le gusten. Aunque Panrico me decepcionó haciendo desaparecer los míticos Donettes Nevados (en vez de chocolate tenían azúcar glass y eran deliciosos), se han redimido con la caja de ocho, el número ideal. ¿Se puede pedir más a la vida por un euro?

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.