Quic's World

Todo es marcha, amigos.

Thursday, August 03, 2006

Gurpegi, inocente

Lleva tres años jugando por la cara y todavía es un drama que lo sancionen. Le queda el Constitucional, sí, pero parece que ya se va haciendo a la idea de que la política, la mafia o una mezcla de las dos van a acabar con la carrera de Carlos Gurpegi, un angelito.

Gurpegi es culpable de dopaje, no me cabe la menor duda. Cuando en todos los estamentos te han dicho que te dopas, te dopas, Gur. Y si son dos años, pues son dos años. Pero hay que ser inocente para doparse siendo futbolista: simplemente entrenando el doble que los demás (es decir, cuatro horas al día en vez de dos) o haciéndolo con un poquito más de ganas tendrías ese nivel físico sin nandrolona, so pardillo. Pero llegó al Athletic el señor Sabino Pastilla -qué a tiempo se marchó del ciclismo, el buen señor- y te lo puso más fácil. Mira, Gur, te voy a contar una historia de dopaje. Cito, de una web oficial china, la mayor dictadura del mundo con la que nadie se mete.

"En los juegos nacionales chinos, la joven Wang Junxia batió el record de los 10.000 metros por 42 segundos, algo insólito. Tres días después, igualó el record de 1.500 que batió su compañera Qu Yunxia, y mejoró dos veces el de 3.000 metros en 10 y 6 segundos, respectivamente. El record de 3.000 metros, 8.06.13 estaba en una escala de valores casi masculina: el español Enrique Molina logró el mejor registro nacional en 7.42.38, apenas 24 segundos menos. Junxia y Yunxia no son familiares, pero se pusieron de acuerdo para asestar un recorte a los records y entrar de la mano en el palmarés. En todas las pruebas antidopaje realizadas no se han encontrado evidencias de que las atletas de porcelana ingieran sustancias prohibidas. Si acaso, las papilas gustativas podrían prohibir tragar los tónicos que fabricaba su entrenador Ma Junren con la sangre de orugas y tortugas"

Si esto se lo cree la gente, ¿quién no te va a creer a ti, inocentón? Todos somos Gurpegi; aunque algo más guapos, eso sí.

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.

Wednesday, August 02, 2006

La corrupción es lo que mola

La política no nos interesa. Es normal: los políticos y la política que hacen, al menos en España, es mierda. Se inventan los problemas que no tiene la gente y los que realmente nos importan pasan de puntillas en sus agendas. Son ineptos, y yo sólo atiendo a gente más tonta que yo porque me obliguen o para reírme de ella. Los políticos, como no tienen gracia, no me hacen ni molestarme. ¿Cómo puedo creer en gobiernos trufados de gente que son abiertamente más tontos que yo? Sin embargo, los periódicos españoles tienen la sana costumbre de sólo hacer portadas con política: ni la ciencia, ni la cultura -palabra que aborrezco-, ni la economía, ni nada aparte de la política (alguna vez el deporte, vale) destronan a la política del titular principal de portada. Por eso son aburridos (El País) o ridículamente obsesivos (El Mundo). Por eso, en general, me parecen mierda.

Otra cosa es la corrupción. Ahí, amigos, el espectáculo se dispara. En Madrid, Telemadrid no lidera jamás una franja horaria (ahora no me extraña: sólo hablan de la ETA, y ya huele) ni arrastra masas, pero cuando los debates de la Asamblea sobre los prófugos Tamayo y Sáez las audiencias fueron millonarias. Yo me lo pasé pipa, porque me tragué las sesiones enteras, sin palomitas ni hostias. Pocas veces la política ha sido algo divertido y ha mostrado más sus miserias que en ese tiempo. Del cinismo del PP y sus personajes (aquel del pelo blanco, prototipo de cerdo dueño de una pyme que putea a sus empleados, al que acabaron sacando que chanchulleaba con la compra de papel); la baba galera (de GAL, neologismo Quic) de Ruth Porta, y cómo el PSOE empezó una patética táctica / huída hacia adelante de "ya que no vamos a sacar en la vida que han comprado a estos dos, saquemos algo de mierda, lo que sea; la autocomplacencia inútil y el patético seguidismo de todo lo sociata de IU, con aquel Suárez que luego resultó tener más pasta que Botín... Espectáculo del bueno, con todos los ingredientes de un culebrón yanqui de mediados de los 80, tipo Falcon Crest o Dinastía. Familias, traiciones, ambición... Alta política, señores.

Inciso Quic: Por cierto, ¿qué fue del partido "Nuevo Socialismo" de Tamayo? El web nuevosocialismo.net no existe. ¿A qué se dedicarán Tamayo y Sáez? ¿Habrán puesto juntos un bar en Benidorm? ¿Un Juteco en provincias? ¿Unos Congelados La Sirena en algún arrabal bastión de lo suyo, el socialismo? Sería interesante saberlo.

Ahora estamos más en tema Marbella. Mal gusto, dinero negro, paletez suprema, el "yo ya lo sabía", comisiones, urbanismo, Gil, que dicen que no ha muerto, que lo fingió y está en alguna isla... Si a eso le añadimos cuernos, programas del cuore y, sobre todo, una folclórica de por medio, tenemos la historia del año. Telecinco lidera las audiencias sobrado por su cobertura permanente de todo lo que ocurre en Guadalix... digo... en Alhaurín de la Torre.

La corrupción es lo único de la política que nos mola. Porque somos un gran país, qué coño, y porque somos más listos de lo que se creen los políticos. God bless the chanchullo.

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.

Tuesday, August 01, 2006

Libertad Vigilada

No soy yo, ni de lejos, un moralista. Tampoco me escandalizo con la telebasura, sino que le busco la gracia, y a veces me lo paso pipa, como cuando existió Hotel Glamour (Hotel Glam para los neófitos; no para mí, que soy un integrista de la línea dura del programa). Sin embargo, el programa Libertad Vigilada me ha llegado al alma, porque supone el colmo de los colmos de la indignidad humana televisada.

Siempre dije, y lo mantengo, que el momento de mayor grado de basura y pornografía que se ha emitido en la tele fue el niño gordito que ganó el primer Eurojunior. El chaval había compuesto (afirmaban, no me lo creo) y cantaba (eso lo vieron mis ojitos) una canción a su madre muerta. Si no recuerdo mal, decía algo así como "nunca te olvidaré, mamá", y nos contaba lo mucho que le gustaba que su mamá no le olvidase desde el cielo. Al acabar la canción, señalaba al cielo y ponía cara de compungido. Su padre lloraba, todo el mundo lo imitaba y a nadie le parecía intolerablemente obscena esa explotación del niño y de los sentimientos más primarios con fines exclusivamente económicos. Para mí es lo peor que se ha hecho jamás en la tele. A su padre habría que extirparle un órgano vital, sea cual fuere.

Sin embargo, Libertad Vigilada ha de estar ahí ahí en el olimpo de la indignidad. Quede claro que yo no he visto ni un solo programa -siquiera un resumen- del engendro, ni lo pienso hacer. Se trata de un cuncurso en el que X chicos y X chicas, de intelecto bajo mínimos, físico aparente y hormonas desenfrenadas, mayores de edad raspando, interactúan bajo la mirada de sus padres, que tienen sus debates particulares y nominan a los que se deben eliminar. Se trata, según me han contado, poco más o menos que de espectáculos de chavales medio mamados (en sentido figurado y literal), de juerga, retozando sin pudor y exhibiendo sus torsos y, en ocasiones, sus andanzas sexuales.

Estos chavales están en su derecho de exhibir sus vidas. Hay una idiocia innata en la gente de hoy en día que lleva a que la gente quiera "ascender" en una supuesta escala social (no creo que sea una escala de valores, aun poniéndonos muy sui géneris) viviendo de cara a las cámaras. Y si no hay nada noticiable que vivir, inventándolo. Al fin y al cabo, son hijos de su tiempo, producto de un mundo (corrijo: de un país) que ha cambiado sus valores, por pocos que fueran, por pasta y, sobre todo, fama. Porque incluso creo que la pasta es secundaria: antes la gente salía por la tele para ganar dinero (premios en concursos, lo que te pagaban por ir de público a un programa...), pero ahora el premio es salir por la tele, que se ha convertido en un objetivo en sí mismo. Resumiendo, que lo de los chavales, pues allá ellos. Me dan pena, pero no los juzgo moralmente.

Ahora, lo de los padres es otro cantar. Ir a ver cómo tu hijo se emborracha como un piojo y hace gilipolleces ante la (mucha) audiencia del programa, o cómo tu hija se zumba (y viceversa, claro) al chaval de turno es de bobo solemne, pero consentirlo, fomentarlo y jalearlo es de auténtico hijo de puta. Porque cuando esos chavales fueron a la tele seguro que sus padres estaban encantados. Y sabían a lo que iban. Y sabían lo que iba a pasar. Y no sólo no les da vergüenza (si les diera, sacaban a sus niños a hostias del programa), sino que comentan sus andanzas en la tele, se muestran sin pudor y prostituyen a sus hijos, que es lo que al final hacen. Esos señores me producen un asco infinito, demuestran que aquí cualquiera puede tener un hijo aun siendo un anormal y un descerebrado y se merecen lo peor.

Joder, qué de rabia contenida.

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.