Quic's World

Todo es marcha, amigos.

Friday, March 31, 2006

El coining, el tiempo

Está Sue en plan metafísica / nostálgica últimamente, y me ha recordado uno de los episodios más deliciosamente curiosos de mi vida: la aparición del coining.

Resulta que teníamos una asignatura de libre configuración en la Facultad de Educación de la Complu, llamada Literatura, Cine y Educación, cuyo profesor era un senecto docente de cuyo nombre no me acuerdo y cuya asignatura era virtualmente inexistente: daba una charleta y luego había que hacer un trabajo que nada tenía que ver con eso para aprobar. Four credits. Tres hurras por la enseñanza pública.

El caso es que vimos el percal enseguida. Los periodistas somos gente de natural avispada si se trata de evitar responsabilidades y ocupar ese tiempo en ocio sin valor. Y vimos que había que acercarse a las clases pero no quedarse: mi memoria, frágil, me hace recordar que íbamos, pasábamos lista y salíamos del aula con una impunidad antológica. Incluso recuerdo que una vez había un vídeo (salía Leopoldo María Panero, no os digo más) y nos escapamos por la puerta de atrás de la manera más Torete que se pueda imaginar.

Localizamos un bar aledaño, no sé por qué, que se llamaba Iron Bar (pronúnciese Irombar, nunca Áirombar). Estaba en una especie de soportales y no tenía nada de particular. Y cuando digo nada quiero decir nada. Debían ser las cuatro de la tarde cuando teníamos aquella clase, y apostaría a que era en viernes. Tomábamos pacharanes y pasábamos el tiempo. Simplemente pasábamos el tiempo.

Nos inventamos un juego, llamado coining. No sé en qué consistía, pero había que golpear en plan chapas monedas de duro. Y era absurdamente divertido. Hacíamos tan poco que mi amiga Klint llegó a decir, mientras con una brizna de hierba golpeaba a otra: "No estoy jugando al hockey sobre hierba. Estoy jugando al hockey con hierba".

Se nos pasaba la tarde entera ociosos perdidos, se nos hacía de noche en el Iron Bar, y nos íbamos a cenar a casa para quedar por la noche unas pocas horas después. Realmente nos encantaba jugar al coining y vaguear, pero nunca le dimos el valor que tenía aquello.

Hoy mataría por una tarde libre a la semana en la que volver al Iron Bar, jugar, hablar, pasar el tiempo sin mayores preocupaciones. Cuando los analizo creo que fueron algunos de los mejores ratos de mi vida. Y cuando ahora pienso en hipotecas, en preocupaciones de todo tipo y en las ganas que tienes de crecer y hacer cosas cuando estás en la universidad, más me doy cuenta de lo bueno que era aquello. Y no era nada, simplemente pasar el rato. Vivir.

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.

Thursday, March 30, 2006

Trepar

Hoy tendría que poneros una receta, pero ATT se ha ido de viaje de trabajo y se ha llevado mi ordenador. Así que paso.

Atendiendo a que Tomás Reñones, un jugador al que soy incapaz de recordar una buena jugada en un campo de fútbol, es el nuevo alcalde de Marbella –propongo a Juanma López para presidir la Confederación Hidrográfica del Tajo y a Roberto Solozábal para el sillón j minúscula de la RAE–, me viene a la mente la capacidad que tiene cierta gente de trepar. Trepar como modo de vida, por encima de necesidades económicas u objetivos vitales. Trepar por trepar, por el placer de trepar. Por naturaleza.

Tomás Reñones tiene que estar forrado de pasta. Jugó 615.000 temporadas con el Atleti sin ningún hecho positivo en el campo: sin embargo, siempre jugaba. No decía una mala palabra ni hacía una buena acción, y se le ponían adjetivos como "aguerrido", "hombre de club", "gran profesional"... Mierdas todas ellas. No sabías por qué pero siempre estaba ahí. Era un trepa futbolístico: iba creciendo sin hacer méritos y no le sacaban del equipo ni con agua caliente, aunque jamás estaba en primera línea. Cuando se acabó el Atleti, se acabó el fútbol. Era el momento de seguir trepando.

Aun teniendo el pastonazo que debía tener, se metió en política, seguramente por vocación de servicio a la ciudadanía de Marbella; "los votantes", que decía Gil. Era concejal de fiestas y seguro que, como en el fútbol, no hacía nada pero siempre estaba allí. Una comisión por la derecha, un uso fraudulento de la Visa del ayuntamiento por la derecha, un apretón de manos con sonrisa falsa más allá, una vida entre poses, hurtos y silencios calculados.

Tomás Reñones es el prototipo de trepa. Gente sin más afán que estar sin estar, trincar sin tomar protagonismo, no decir una palabra de más si te puede perjudicar ni una de menos si con eso evitas un elogio a tiempo. Gente que siempre está al rebufo del poderoso sin querer adelantarlo, combinando la adhesión inquebrantable al que le da y abandonando cualquier barco cuando éste te va a quitar lo que tienes. Nunca el primero en llegar y ni el primero en irse, pero siempre fuera de peligro. En cuanto pase un tiempo dejará de ser el alcalde, de dar la cara, y volverá a un puesto menor donde robará y nunca será detenido. Los trepas son así.

Me joden los trepas. Es algo que no sabré hacer jamás, quizá por exceso de vehemencia, por defecto de diplomacia o por querer cumplir objetivos personales antes que materiales. Sin embargo, el mundo es de ellos. Llegan a jugar mil años en un gran club de primera división, a alcalde de la ciudad donde más fácil es enriquecerse, al puesto de la empresa donde menos se trabaja y más se cobra y casi nunca pagan en los restaurantes. Tomás trepó en el Atleti y en el ayuntamiento de Marbella. Y aunque esté forrado, seguirá trepando. Es su naturaleza.

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Tuesday, March 28, 2006

Grefusa, buenrollista

Soy fan de la subcomida, ésa que no es comida, ni siquiera comida basura. Las chucherías, las bolsas de snacks de sabores cerdos y artificiales... así sí. Relación calidad-precio, es de lo mejor.

Tradicionalmente he sido un consumidor ávido de productos Grefusa. Desde los Gublins a las Papa Delta, pasando por las pipas El Piponazo, tienen calidad para desbancar la dictadura de Matutano. Sin embargo, además de tener una apariencia cutre, sus productos y la imagen de marca de la empresa son penosas: van de buenrollistas.

Me explico. Los Gublins son los mejores snacks subcerdos que hay. Por forma, sabor y la cantidad que te viene en la bolsa. Pero están mal vendidos, aunque la campaña publicitaria que hacen en las motos está bien (los anuncios de "¡Toma Gublins!" son bastante buenos), se equivocan yendo de santitos. En las bolsas de Gublins pone que tienen ocho vitaminas y no sé cuánta menos grasa. Y en su web destacan sus acuerdos con Unicef. Mierda buenrollista.

Mal, Grefusa, mal. Los consumidores de subcomida mierdosa queremos saber que nos hacemos daño, que engordamos. Queremos que dentro de las bolsas haya un cromo para abrirlo y tirarlo a tomar por el culo. Queremos comer cosas con formas raras y colores chillones que no sepamos a qué saben, y nos conformamos con que digáis que es "barbacoa".

Queremos que la empresa trate mal a sus trabajadores (ved este foro de los currelas de Matutano; espectacular), que no tenga convenios con ninguna ONG y que de vez en cuando se vea inmersa en algún escándalo de cuestiones insalubres, como los Doritos esos con un ratón dentro.

Mientras que vosotros, amigos de Grefusa, no os deis cuenta de que ésta es la cruda realidad del sector, seguiréis en un terrible segundo plano. Espero un lote de productos en casa como pago a semejante contribución a la empresa. Y una oferta de empleo.

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Monday, March 27, 2006

Imitando a la basura hater


GRAVE ACCIDENTE EN LA F1
Esto sería un típico post hater. Como este blog es mucho mejor, mañana que tengo tiempo lo actualizo.
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Tuesday, March 21, 2006

El botellón me salvó de la cirrosis

No sé qué intereses espúreos (¿existe esta palabra?) tienen los medios de comunicación para conectar el botellón con la kalle barroka. Esto deduzco yo de la maraña de informaciones y desinformaciones de esta semana con la historia del macrobotellón. Porque en Barcelona, digo yo, que si te pasas toda la semana, como hizo la alcaldía de BCN, diciendo que va a haber una cantidad de policía de la hostia para evitar el botellón, la gente que va a beberse sus temas pacíficamente pasará de ir y los que la quieren montar automáticamente irán a liarla contra la policía, ¿no? Como estrategas no tienen precio, y supongo que lo sabían. Igual les interesaba conectar la terrorífica actividad del botellón con la kalle barroka. Puede ser.

Yo soy de la generación del botellón más pura, de la de los más salvajes con miles de tambores (el cáncer de esta sociedad; hay un grupo punki que se llama Rajando Timbales al que tengo que echar un ojo, porque el nombre se sale) y excesos de todo tipo. Excesos, por cierto, que ya estaban tipificados como delitos (o faltas o lo que fuere): beber y comprar bebida si eres menor, hacer ruido a partir de las mil de la noche, ensuciar... ¿Eso no estaba penado antes de la ley antibotellón? Igual no, y yo no me enteré. Sin embargo, se hizo una ley ad hoc (muy al estilo de este santo país, como la Ley de Partido, como brillantemente la calificó Javier Ortiz) para joder a todo Dios y echarnos en brazos de la cirrosis y la ruina económica.

Porque cuando yo hacía botellón, lo hacía por dos razones: una económica y otra, que yo creo que pesaba más, de salud pública. Porque si tú te comprabas tu botellita te asegurabas que lo que bebías no era ácido sulfúrico. Ahora pagas seis euros con una normalidad absoluta por brebajes con los que desatascar sumideros. Y antes con mil pelas te agarrabas tu sano y saludable trozo callejero y, en mi caso, educado y limpio. Haríamos nuestro ruido excelso (nunca un puto tambor, ¡nunca!) y alguna vez dejaríamos todo por el medio, pero no montábamos un pollo delictivo. Y, sobre todo, nos salvábamos de una cirrosis segura.

Ahora vas por el Dosde y te encuentras a los maderos echándose un rondo, que les falta sacar un balón o unas cartas, mientras que a dos calles te puede violar un elefante y no se enteran porque están apatrullando el botellón. En fin...

Anoche escuché unas declaraciones de Pilar Cernuda, ama de casa metida a periodista, en las que decía (no es literal pero casi) que: A) "Los botellones acaban con discusiones, peleas... ¡y hasta muertos!" y B) PLAY ATENTION AL COMENTARIO CIENTÍFICO QUE SE MARCA LA "PERIODISTA VERAZ": "Casi la mitad de los jóvenes que hacen botellón acaban en coma etílico".

Pues eso, que por alguna razón que se me escapa hay una campaña orquestada contra una actividad que marcó mi adolescencia y prejuventud y a la que tengo cariño. Y si soy un txiko de la gasolina, pues vale. "¡Gora el botellón!"

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Wednesday, March 15, 2006

Chef Quic: Arroz Sepiado


Regreso triunfalmente al terreno de la cocina con la cena del pasado lunes. De nuevo éxito total de crítica y público, aunque en la elaboración sufrí un pequeño percance que estoy seguro sabréis perdonar. De hecho, una lamentable falta de comunicación entre ATT y servidora, en la que no hubo culpables (quizá fue el canal; ay, Periodismo...), me llevó a poner un vaso de arroz por ser humano comensal, aunque con medio vas que chutas. Dicho lo dicho, he aquí la elaboración del suculento plato:

Arroz sepiado

Ingredientes para dos (con el arroz correcto, no como yo lo hice)

Una sepia de unos 300 gramos
1 pimiento verde
1/2 cebolla tamaño pelota de tenis reglamentaria
1 tomate tamaño idem
2 dientes de ajo
1 vaso de arroz
1 vaso de vino blanco
1 hoja de laurel (y hardy, si se quiere)
Aceite
Sal
Agua
2 cojones (aunque cada vez menos)

(Grosso) Modo de preparación, incidentes incluidos

En una cazuela se sofríe (omitiré el imperativo de la anterior receta: cansa) el pimiento, los ajos y la cebolla bien picaditos hasta que la cebolla esté transparente (truco recurrente éste). Salar al gusto.

Se añade la sepia cortada en trocitos pequeños y el tomate pelado (yo pasé mucho asco en este proceso; cómo me repugna el zumillo que suelta el tomate) y cortado en daditos. Se sofríe unos segundos y se le añade el vaso de vino.

Consejo de Quic: el vino engaña, y no sólo cuando acabas a cuatro patas, atáxico perdido, después de haber pronunciado la frase "qué bueno está este vinillo" las once veces que llenaste tu copa. Este vino hay que dejarlo al fuego hasta que se consuma, pero hete aquí que tú te puedes confiar pensando que le queda mucho e irte a ver la tele y encontrarte a tu vuelta a la sepia, más activa que cuando estaba viva, saliendo de la cazuela con saltos de triple tirabuzón porque el vino se ha consumido. Atentos a eso, son asuntos sucios. Os lo digo yo, Mister Quic.

Una vez consumido el vino se le añade el arroz, la hoja de laurel y dos vasos y medio de agua. Se deja hacerse durante 25-30 minutos y que repose un poco antes de servirse.

A mi mujer le ha encantao.

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Monday, March 13, 2006

La habitación de al lado de Rollán

Creo que fue en los Juegos de Sydney cuando los de Canal+ le dieron una cámara a Jesús Rollán para que grabase cómo era la vida de los deportistas desde dentro de la Villa Olímpica. El tipo me pareció genial: no era el típico gracioso, sino que era gracioso de verdad. Me pareció un juergas del copón (tengo un conocido que es amigo de muchos jugadores de waterpolo y dice que son los mayores juerguistas del mundo) y un deportista con carisma, de esos que si se lo montaba bien igual podría meterse en la tele cuando se retirase.

El caso es que yo me enteré ayer por la tarde de que Jesús Rollán se había tirado por una ventana. Y, de paso, de que después de retirarse había entrado en un ciclo de drogas y desastres familiares que le había llevado a acercarse al suicidio, algo de lo que nadie había informado, posiblemente porque no importaba. Nunca sabremos de verdad qué ocurrió: al parecer, su mujer, de la que se había separado, no le dejaba ver a su hija, y habría que ver por qué lo hacía, si porque es una hija de puta o porque el hijo de puta era él. El caso es que Rollán estaba internado en una clínica de desintoxicación pagada por el COE y su madre se había ido a vivir allí con él, a la habitación de al lado. Desayunaron juntos, subió a su habitación y se tiró por la ventana. Y ni nadie sabíamos que estaba allí y nadie estaba en la habitación de al lado de su sufrimento, excepto su madre.

Creo que entiendo a la gente que se quita del medio así. Creo que puedo imaginar, y más si el tipo se drogaba, que llegues a un punto en el que veas que nada tiene solución y que si te tiras por la ventana todo se acaba. Hasta llegar al alféizar de la ventana es un signo de debilidad o de cobardía, como queráis. Pero una vez allí, tirarte debe ser una decisión muy valiente y que habla, sin duda, de la desesperación que debía tener Jesús Rollán encima. Porque una cosa es tomarte una pastilla y otra tirarte por una ventana, no sé si me explico. Y estoy convencido de que si él hubiera tenido a más gente a su lado la desesperación no habría sido tan grande como para empujarlo a saltar.

Sin saber nada de nada creo que Jesús Rollán era buena gente. Si no lo hubiera sido, si le hubiera dado igual perder a su mujer y a su hija o si no se arrepintiese de lo que fuera que hubiera hecho para llegar ahí, no habría sido tan valiente como para tirarse por la ventana. He leído declaraciones de Rafael Blanco, director general del CSD, diciendo que el otro día hablaban él, Sans y Estiarte de que había que hacer algo por Rollán. Puede que sea verdad, pero no me vale. Llevaba desde 2004 hecho una mierda (ni siquiera acudió a la inauguración de una piscina con su nombre y se fue a un equipo italiano del que se volvió por "motivos personales", sin que nadie se preguntase cuáles eran) y me da la impresión de que a la gente se le olvidó Jesús Rollán. O, al menos, no le dieron la importancia que merecía lo que estaba pasando. Porque no se dieron cuenta, porque estaban a otras cosas, porque pasaron. Da igual.

La verdad, no sé por qué, llevo dándole vueltas al asunto desde ayer. No sé, me da mucha pena. Me jode que pasen cosas así, pasase antes lo que pasase. Me da miedo pensar que haya alguien a tu alrededor al que quieres que lo esté pasando así de mal y que no te des cuenta, o que hagas el suficiente daño a alguien como para hacerlo sufrir así, o que se te olvide la gente. Todos los Rollán del mundo deberían tener a mucha más gente que a su madre viviendo en la habitación de al lado. Aunque sea sólo para agarrarlo cuando va a tirarse por la ventana.

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Friday, March 10, 2006

Los sordomudos viajan en metro

Teorías peregrinas Quic: tengo más que comprobado que sólo me cruzo con sordomudos en esta vida si voy en el metro. Y como del método científico sólo me quedo con la parte de la observación, no puedo por menos que afirmar que los sordomudos sólo viajan en metro o que, incluso, tienen una segunda vida en él. A partir de ahora, fijaos. Qué de sordomudos hay en el subsuelo y qué pocos en la superficie...

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Thursday, March 09, 2006

Los vascos según Hollywood

Los vascos son gente maja, me suelen caer bien. Son capaces de colocar en el web de su televisión nacional este juego (por si lo han quitado cuando leas esto, tú eres un toro y tienes que ir cogiendo a los coredores en los Sanfermines; no hago más de 1.500) y de otras cosas bastante majas. Hollywwod los conoce bien, y sabe representarlos.

En 1959 la gran factoría del cine produjo "Thunder in the sun" (en castellano, "El desfiladero de la muerte"), una película que trata de lo siguiente: "Un grupo de emigrantes vascos llega a Misouri, huyendo de las guerras napoleónicas, con la intención de establecerse en tierras de California. Contratan a un guía para que les ayude a realizar la travesía. Pero la relación de éste con la novia del jefe de la caravana va a traerle al grupo graves problemas". La familia protagonista se llama Dauphin. Bueno, vale.

La cosa es que (yo no la he visto, me lo han contado y lo he leído) en este western los vascos se visten como en las fotos, que son fotogramas de la peli: es decir, de gitanos. Bailan flamenco (como puede apreciarse), se comunican mediante irrintzis y tienen por arma las piedras que lanzan utilizando cestas de cesta punta. Parece ser que uno de los actores principales, un tal Jacques Bergerac, era vasco-francés, y no se le cayeron los anillos por representar semejante cosa. No he encontrado ni una imagen aparte de estos fotogramas. Pero debe ser para miccionar y no expulsar ni un mililitro.

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Wednesday, March 08, 2006

Está Chernobyl fenomenal

Fíjate que nunca quise tener un chalet en las afueras, pero este web me ha hecho replantearme el asunto.

Resulta que esta pava, en vez de dedicarse a cosas útiles como el macramé acrobático o la cría del centollo albino en cautividad, opta por irse con su moto (y su padre, por lo que puede observarse) por Chernobyl para ver qué tal anda el asunto por allá y midiendo radiaciones mientras hace caballitos. Y dice su padre, vaya suted a saber si beodo perdido, que aquello está para que vivan seres humanos, incluso aficionados del Real Madrid (es una idea).

Ahí debe estar el suelo barato barato y con cuatro duros te construyes una vivienda de otoño-invierno fenomenal. Tienes parque temático para los más pequeños, tranquilidad a saco para desestresarte y unas vistas estupendas.

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Tuesday, March 07, 2006

Chef Quic: Pollo Pistonudo


A partir de ahora voy a intentar (recalco: intentar) mostraros las recetas que cada lunes intentaré (recalco: intentaré) hacer en casa. El pasado lunes se saldó con gran éxito de crítica y público el Pollo Pistonudo, que tenía la extraordinaria pinta que aparece en pantalla, muchas gracias.

Pollo Pistonudo

Ingredientes para dos con buen saque y aceptable volea

Unos 500 gramos de pollo en tacos
1/2 cebolla hermosa
2 tomates tamaño pelota de tenis oronda
1 pimiento verde
1/2 pimiento rojo
1/2 calabacín tamaño Nacho Vidal
4 dientes de ajo
Sal de ajo
Orégano
Aceite de oliva
Pan
2 cojones (para comérselo)

(Grosso) Modo de preparación

Sofreid (primera vez en la historia que se conjuga el plural de este imperativo) la cebolla hasta que quede transparente y se le añade, por estricto orden de aparición, el pimiento verde, el rojo, el calabacín y por último el tomate. Entre el calabacín y el tomate dejad pasar un par de minutos. Echad sal de ajo y dejad a fuego lento unos 25 minutos.

Freid los tacos de pollo con un par de dientes de ajo picados hasta que os salga de los mismos, según gustos.

Para acompañar, machacad en un mortero dos dientes de ajo y añadidle un buen chorro de aceite de oliva y orégano. Este delicioso elixir se unta en unas rebanadas de pan, que si quieres las calientas, y si no, pues no. Allá tú.

A mi mujer le ha encantao.

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Monday, March 06, 2006

CartmAng Lee


Ang Lee se ha llevado el Oscar al mejor director anoche. También "Brokeback Mountain" (película que me quitaron las ganas de ver Hans y _r_) ha ganado la hortera estatuilla al mejor guión adaptado. Hoy sabremos, en este servicio público sin parangón que es Quic's World, por qué es el mayor tongo de la historia del cine.

En el capítulo dos de la segunda temporada de "South Park", una serie que no sigo demasiado, el Festival de Sundance se traslada de Utah al pueblo de los protagonistas y Kyle se quiere ligar a una niña con la que va a ver pelis independientes al susodicho festival. En éstas que Cartman y la niña mantienen el siguiente diálogo, que sigue a cuando Kyle pregunta si película independiente es "Independence Day":

Cartman: No, tío, películas independientes son esas hippes en blanco y negro. Siempre van de cowboys gays que comen pudding.

Niña: No es verdad. Son las películas producidas fuera del sistema de Hollywood. Son películas sin el lujo y el glamour de Hollywood.

Cartman: Vale, enséñame una sola película independiente en la que no salgan cowboys gays comiendo pudding.

El capítulo se llama "Las bolas de chocolate del Chef" y creo recordar que acaba en que el señor Mojón inunda de mierda todo el pueblo y a todos los modernos que han ido a ver pelis independientes.

Ya he dicho que no he visto la peli ni sé si comen pudding, pero en la foto que os pego un cowboy le dice al otro: "Se nos ha acabado el pudding. ¿Qué tal si exploramos nuestra sexualidad?". Que alguien me ayude a desenmascarar a Ang Lee. Eres Cartman, puto chino.

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Friday, March 03, 2006

El programa perfecto

Pocos programas pueden atraerme tanto sobre el papel como "El Intermedio", de La Sexta. No sé cómo será (es un repaso a la prensa, según he leído, sin más detalles) ni el programa ni la cadena, ni siquiera sé cuando se estrena (dicen que finales de marzo o principios de abril), pero qué ganas tengo de verlo. ¿Y por qué? Porque "El Intermedio" reúne a cuatro tíos que podrían estar perfectamente entre los 10 españoles a los que más admiro:

- El Gran Wyoming: Ni siquiera yo, que soy fan absoluto, pude ver "La Azotea de Wyoming", pero para mí no ha perdido nada. Es un personaje inigualable, de los que llenan cualquier programa con su sola presencia. Un privilegiado en todos los aspectos. Será el presentador.

- Juan Luis Galiardo: El mejor, el rey. Sin duda, mi actor español favorito y posiblemente el hombre del espectáculo al que más admiro. Como invitado de cualquier programa es garantía de éxito: gracioso, mordaz, loco y encantador. Como actor, en su edad madura, espectacular. Su Quijote me flipó y hay una frase que tengo grabada en la memoria: "¡Ya voy, que el terreno es abrupto!", de "Suspiros de España (y Portugal)", una de esas películas infravaloradas en el cine español, mientras salta un murete de piedra con deliciosa torpeza cómica. Galiardo es mi favorito, el puto amo. Y que un programa de tele lo coloque como colaborador fijo dice mucho de quien lo dirija.

- Javier Cansado: ¿Qué decir de la mitad con más cerebro de Faemino y Cansado? Un genio. El tío al que más veces he visto actuar en directo, por encima de todos los grupos musicales, y siempre viendo el mismo espectáculo. No creo que haya mucho que decir de él. Otro éxito asegurado ficharlo.

- Jimmy Barnatán: Niño prodigio del cine español (prodigioso endemoniado en "El día de la bestia"), no sé por qué siempre lo he tenido en alta estima, aunque salga en "Los Serrano" y, según me dicen, haya llegado a hacer campaña en favor del PSOE subiéndose a atriles varios y todo. En cualquier caso, soy muy fan de él desde siempre, incluso cuando más de una vez y más de dos me lo he cruzado en Malasaña hecho un perroflauta con pantalones cortos y calimocho en vena en pleno invierno polar madrileño. Su personaje en "Torrente" es espectacular. Igual hasta me compro la novela esa que sacó...

Si a mí me hubieran encargado hacer un porograma de tele, posiblemente habría fichado a estos cuatro tíos. Espero que sea la mitad de bueno de lo que espero que va a ser.

El Mundo de Quic, el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.

And the winner is... +co

+co es la ganadora por aplastante margen de un magnífico DVD. Como este concurso ha sido un manifiesto fracaso, lo que demuestra que si la pregunta que se hace requiere un poco de imaginación a los cientos de miles de lectores de este blog les viene grande, pasará un tiempecillo hasta que haya otro. Y ya que estamos, voy a dedicar una bella tonadilla a todos esos lectores que no han participado en este concurso, por moñas.

"Pero que público más tonto tengo, pandilla fina me ha caído a mí,
de los dioses heredero directo y soportando vuestras feas caras de gilis,
pero qué público más tonto tengo, pero que público más anormal,
yo estoy aquí y canto lo que quiero y si queréis más dejo de cantar.
Ya no os aguanto, cada vez que os veo vomito en alto el asco que me dáis,
os mando al guano, me quedo tan fresco,
yo sigo aquí y vosotros... ¡¡¡ahí estáaaaais!!!"

El Mundo de Quic. el Mundo de Quic. Marcha marcha, es genial.